viernes, enero 30, 2009

Entrevista al que fuera bajista de Los Enemigos, Fino Oyonarte

‘Llegué al estudio sin dormir y manchado de tarta... ¡Y eso que era el productor!’

El polifacético periodista Raúl Cosano se enfudó su disfraz más pop para entrevistar a Fino Oyonarte. El que fuera bajista de Los Enemigos está ahora al frente de Clovis y es uno de los productores más reputados: Los Planetas, Lagartija Nick y Los Deltonos, entre otros.

Clovis, su grupo, nació en Nueva York en 2000. ¿Se atreve a hacer balance?
Tampoco teníamos objetivo como banda. Simplemente teníamos unas canciones ahí y en el descanso que hice con Los Enemigos, pasé una temporada en Nueva York y allí nos juntamos con el cantante de Nada Surf. Todo comenzó como jugando y sacamos las canciones en 2002, cuando el grupo todavía no tenía forma. Todo empezó como un juego y un sueño. La verdad es que el tiempo pasa muy rápido.

Más que un grupo, parece un experimento abierto a colaboraciones, con total libertad y sin presiones de mercado.
Hacemos lo que queremos realmente, pero el tiempo pasa muy deprisa. Yo estuve embarcado en producciones de gente como Johnston, Corcobado y un montón de grupos más. Eso me absorbía y no hicimos nada. Ahora nos apetece desarrollar Clovis, que es lo que nos gusta, pero tampoco tenemos la ansiedad de tener que editar muchas cosas. También tenemos colaboradores.

Llama la atención su perfil heterogéneo como músico.
Yo siempre he tenido una tendencia más pop pero venía de un grupo de rock de corte más clásico donde el pop no tenía tanta cabida como yo quería. Me han gustado grupos como Yo la Tengo o Syd Barret y, lógicamente, Clovis es un proyecto más personal porque hacemos lo que nos gusta. Por un lado está la parte como músico, la inquietud de hacer canciones. Luego, todas las experiencias a nivel de producción me han servido como trabajos muy gratificantes a la hora de aprender a dirigir una grabación. Tengo un campo muy abierto y me gusta a producir a grupos buenos. También escucho blues, música alternativa… lo complicado es engancharte a lo que te apetece, a música que signifique algo para ti. El trabajo con los grupos ha sido muy importante porque he intentado sacar partido a los músicos sin manipular.

Productor, bajista, guitarrista… ¿Con qué faceta se queda?
Todo tiene su encanto pero me gusta fundamentalmente el directo. Ahora disfruto mucho tocando las canciones desnudas, que tiene más riesgo porque antes íbamos con banda y estábamos arropados por el volumen.

¿A quién le gustaría producir?
Me ha gustado trabajar con grupos que empiezan porque son muy puros. Me gusta especializarme en esa psicología de las primeras canciones, sacarles a los músicos el mayor provecho sin que ellos se den cuenta. Me gustaría quizás trabajar con Fernando Alfaro o cualquier otro que tenga talento aunque a veces te da vértigo trabajar con gente que acumule mucha experiencia. De fuera, me gustaría producir a muchos pero no diré nombres porque sino dirán ¡de qué va éste! Sólo con que me dejaran estar un ratito en la mesa de mezcla estaría más que satisfecho.

Seguro que esas sesiones de grabación con Los Planetas o Lagartija Nick daban de sí. Cuénteme alguna anécdota.
Ahora mismo se me ocurren dos pero no sé si puedo contarlas…

Va... confiése algo.
Te explicaré una interesante. Durante la grabación del disco de Lagartija Nick. En el quinto día de grabación, era el cumpleaños de Josele Santiago y nos fuimos a tomar unas cañas. Había una tarta por allí y al final me la tiré yo a la cabeza. Así que por la mañana llegué al estudio para mezclar todo manchado, sin dormir… me puse en la mesa de mezclas y se manchó todo de chocolate... El grupo me dijo que fuera a casa a ducharme y a recuperarme… así que agradezco su compresión (risas). Da un poco de reparo que el productor llegue en esas condiciones...

¿Cómo ve la industria musical actualmente?
Si eres músico, la veo bien pero si quieres tener un sello discográfico… todo se complica. La industria tiende a desaparecer.

lunes, enero 12, 2009

Centinela: una buena dosis de heavy metal

El heavy metal sigue vivo. La banda albaceteña Centinela lo dejó claro el viernes 9 de enero en la Sala Zero de Tarragona ante más de medio centenar de personas que disfrutaron de lo lindo viendo en directo a uno de los grupos con más recorrido del panorama español. La escasa publicidad del concierto y la lluvia impidieron, tal vez, que el aforo se llenara.

Centinela, que volvía a tierras tarraconenses tras su paso por el festival Avellana Rock en 2003, mostró desde el principio su fuerza sobre el escenario, con un sonido demoledor al estilo de los grandes grupos de metal de los años ochenta. La banda tiene potencial suficiente para ser uno de los referentes de la escena nacional, pero incomprensiblemente la suerte no está de su lado –la multinacional Avispa ni siquiera les dio la oportunidad de grabar un disco-. José Cano es, sin duda, una de las mejores voces de este país. E instrumentalmente, la banda roza el sobresaliente, con Javier Simarro al bajo y Miguel A. Moreno a la batería. El grupo ha incorporado, además, a dos virtuosos de la guitarra: Juan Parreño y Fernando Moya.

Los albaceteños abrieron fuego en Tarragona con Escribiré, primer corte de su último disco Claustrofobia –el cuarto de su carrera–, autoproducido por la banda y que se puede descargar de forma gratuita desde su web. El público entró pronto en calor y se animó a jalear todas las canciones. Centinela tocó temas nuevos, como Vuelvo a crear o Tiempo de conquistar, y repasó aquellos con los que se empezó a forjar un camino en esto de la música allá por 1999: Rencor, Sin control o Pánico. A pesar de algún problemilla de salud –el bajista Javier Simarro se encontraba mal– la banda ofreció un concierto de cerca de hora y media de heavy metal del bueno, sin bajar la guardia en ningún momento. Antes de marcharse, por cierto, el quinteto anunció que ya está trabajando en su quinto disco. Una buena noticia.