sábado, enero 22, 2011

A toda velocidad

Cuando Angelus Apatrida tocó por primera vez en la Sala Zero de Tarragona –en abril de 2009– el aforo estaba prácticamente vacío: apenas treinta personas asistieron al concierto. En aquella época la banda manchega estaba de gira presentando su segundo álbum ‘Give ‘Em War’. Era un grupo minoritario que empezaba a despuntar en los círculos más selectos del trash metal.

Angelus Apatrida volvió a Tarragona en diciembre de 2010. Y esta vez, la Sala Zero estaba repleta. «Nos hemos superado, hemos conseguido que venga más gente que la otra vez. Esto va bien», dijo nada más salir al escenario Guillermo Izquierdo, voz y alma de la banda. El cuarteto de Albacete ha crecido a un ritmo trepidante en este 2010. La publicación de su tercer disco, ‘Clockwork’, el primero que graban con la multinacional Century Media Records, les ha puesto en el primer plano de la escena del metal en España y Europa (este año se han recorrido medio continente).

El concierto de Tarragona era el último de su gira ‘Clockwork Spanish Tour 2010’ y se esmeraron de lo lindo. Riffs frenéticos de guitarra y voces desgarradas, que se combinaban con otras más melódicas. No hubo ni un instante de tregua. Entre sus descargas retumbaron ‘Versus The World’, ‘Vomitive’, ‘Thrash Attack’ o la celebrada versión de Iron Maiden ‘Be Quick Or Be Dead’. Las horas del reloj giraron a toda velocidad, al compás de un sonido potente y muy depurado. Los manchegos mostraron hechuras de gran banda, con aptitud y muy buenas maneras. El público estuvo muy activo, como bien merece un acontecimiento de este tipo. Cruzar de un extremo a otro de la sala era harto arriesgado.

Los vascos OST y los barceloneses Crysys ejercieron de teloneros. Las dos bandas dejaron muy buenas sensaciones. OST se encargó de abrir la actuación. El veterano grupo de Bermeo, que ya lleva cinco discos a sus espaldas, derrochó experiencia y voluntad, aunque su metal en euskera no acabó de enganchar del todo. Tiraron de su mejor repertorio, con temas como ‘Zu Bezala’, ‘Berriz’ ó ‘Habemus’. Su bajista, Joni, que no paró de moverse de un lado a otro del escenario, fue de lo más destacado de la noche.

Luego le tocó el turno a Crysys. El jovencísimo quinteto catalán, una de las grandes revelaciones del 2010, se presentó con un directo demoledor, cargado de aire fresco. Tienen ganas de comerse el mundo y lo demostraron. Con ellos, la renovación del trash metal está garantizada. Se sintieron cómodos y se desenvolvieron con mucha soltura, como si fueran unos auténticos veteranos. La banda avanzó que está preparando su primer álbum, ‘The Menace’, y dejó algún adelanto con ‘Spawn’, ‘Internal Pollution’ o ‘Mummified by society’.

Para cerrar el concierto, los miembros de OST y Crysys se subieron al escenario con Angelus Apatrida para interpretar de manera coral el clásico ‘Domination’ de los ya desaparecidos Pantera. Fue el punto y final de una noche no apta para cardiacos.