domingo, diciembre 21, 2008

Doctor Explosión saca nuevo disco: '¡¡Chupa aquí!!'

Doctor Explosión ha sacado su nuevo disco ¡¡Chupa aquí!!. Se estrena en estos días en vinilo y a mediados de enero en formato CD y digital.

¿Cómo?
Pues sí, sucedió de nuevo, Dr Explosion vuelven a la carga con su séptimo álbum oficial de la banda española más frenética y rockanrolera de este país.

Pero, ¿cuándo?
De momento comienzan estrenando vinilo presentando así el escandaloso título del álbum: a ¡¡Chupa aquí!!. Doce canciones de Rock and Roll se despachan guitarras salvajes y elegantes melodias Pop, despachando cortes en inglés y en español.

¿Por qué Rn'R?
El Rock and Roll es actitud, diversión espontánea y sonido crudo. Esto Dr Explosion lo saben mejor que nadie, y así, de forma tan brutalmente honesta, lo han sabido plasmar en este disco. Crudo como un chuletón Up and Down. Inmediato como fiel reproducción de su contagioso directo. Con este sonido y su mezcla en mono, que no elimina ni el mas mínimo chaxton, el oyente esta 'viendo' al grupo cuando les está escuchando. Por todo esto, por carecer de la ya típica sobre-producción de los discos de Rock, este disco transpira la energía del grupo por cada uno de sus surcos. Este disco suena a puro Rock and Roll. Suena a Garage, a 60s Beat, a Punk. Suena a Dr Explosión.

¿Qué podemos encontrar en ¡¡Chupa aquí!!?
Grandes canciones que van a poner tu adrenalina en órbita. Contundentes y rabiadas como 'All Mine', 'I want you' o 'Come on Shake!'. Chirriantes sonidos del mas primitivo Rhythm&Blues como ‘Honey Honey'. ‘Llenapistas’ que parecen sacados de un Best of Pebbles como 'Aint Coming Home'. Efervescentes himnos que hablan de revuelta juvenil para fans sixtilongos como 'El Chesterfield Childish Club'. Todo combinado excelentemente con emotivas y delicadas melodías Pop como 'Fishing', 'Sorry' o 'Summer Sun', al mas puro estilo 60s Beat. Así, la crudeza de la producción, hace que ambas facetas (60 Punk y Beat Pop) convivan perfectamente bajo una misma actitud: la del loco mundo de Dr Explosion. ¡¡Larga vida al RockandRoll !! ¡Chupa Aqui!

¿Dónde puedo pillar ¡¡Chupa Aquí!!?
De momento disfrutaremos del vinilo sólo en ventas especializadas como Munster, Bloody MAry, El Beasto,... El 27 de enero ya estará el cd listo en las tiendas de discos de tu ciudad

Me muero por ver a Dr Explosion!!
Se están cerrando las fechas de la gira, pero puedes tomar nota de estas: 13 de febrero en Valencia (sala Wah Wah 'Festival Surforama'), el 5 de marzo en Madrid (sala Sol), el 7 en Valladolid, el 20 en A Coruña, el 21 en Vigo, el 16 de abril en León...

martes, diciembre 16, 2008

Concierto íntimo de Ted Russell Kamp

El cantante, compositor y multiinstrumentista californiano actuó el sábado en la Sala Zero Tarragona, acompañado por Brian Whelan a la guitarra y Mike Sessa a la batería. Country rock en estado puro.

La Sala Zero de Tarragona presentaba el sábado por la noche un aspecto desolador: el público se podía contar con los dedos de las manos. Pero Ted Russell Kamp no perdió la sonrisa en ningún momento. El cowboy de Los Angeles (California) cogió su inseparable mandolina y se subió al escenario sin ningún complejo. «Va a ser un recital entre amigos. Gracias por venir a escuchar música en directo», dijo antes de empezar.

El bajista de los 357’s de Shooter Jennings, acostumbrado a tocar en grandes recintos, presentó durante una hora y cuarto los temas de su último disco en solitario –el quinto de su carrera– Poor Man’s Paradise. Puro country folk, con una buena dosis de rock and roll, al estilo de grandes músicos como Jackson Browne, Kris Kristoferson o Lyle Lovet.

Fue un concierto íntimo que arrancó en versión acústica: Kamp y su instrumento de cuatro cuerdas, derrochando energía y buenas vibraciones sobre el escenario. Después se sumaron a la fiesta el joven Brian Whelan a la guitarra y su amigo de la adolescencia Mike Sessa –se conocieron en un festival de música country– a la batería. El trío se ha recorrido medio mundo este año en una gira que les ha llevado por países como Suecia, Reino Unido, España o Estados Unidos.

Con la banda al completo, y Kamp al bajo, subieron los decibelios. El folklore más tradicional dio paso al country rock más genuino. Letras con sabor a barra de bar y a motel de carretera. El californiano repasó los temas más emblemáticos de su carrera: So many honky tonks, so little time, The last time i let you down o Just a yesterday away. La Sala Zero se convirtió durante algo más de una hora en un auténtico tugurio de Nashville, la cuna de la música country.

jueves, noviembre 27, 2008

Entrevista a Antonio Vega

El periodista, amigo y colaborador del El Rock de la Urbe Raúl Cosano ha entrevistado al mítico Antonio Vega.

Ahora está sereno. Lejos quedan unos años 80 en los que el madrileño vivió deprisa la ‘movida’, llena de creatividad, éxito y excesos. Ha juntado recientemente a su antiguo grupo, Nacha Pop, pero mañana (día 28) ofrecerá sus perlas en solitario, aunque con un músico de acompañamiento, en la Sala Zero de Tarragona (21 horas, 15/18 euros).

¿En qué momento está ahora Antonio Vega?
El momento, a nivel profesional y humano, es muy bueno... excelente, diría yo. Estoy trabajando mucho y muy bien. La gente sale contenta de los conciertos y la banda que me acompaña está sonando muy bien. Es una época buena a todos los niveles, también personal. Si yo no me encuentro bien como persona, eso se nota.

¿La he pasado recientemente?
En algunas épocas, sí. Ahora está siendo un punto álgido, un máximo que no sé dónde tiene la cresta. Creo que lo mejor está por llegar. Me quedan grandes cosas que hacer. No estoy al cien por cien pero voy camino de él.

¿Ha influido en este bienestar el subidón que ha supuesto el reencuentro con Nacha Pop?
Ha aportado lo suyo, claro. Volver a encontrarte con esos temas ha sido un reto muy grande para mí. Son canciones que exigen una gran carga de ánimo para llevarlos a buen puerto. He tenido que hacer un ejercicio importante para enfrentarme al repertorio.

Cuesta identificarse con la música que tocaba hace 20 años. Las temáticas son distintas.
Las cosas son de otra manera. Has evolucionado, han pasado los años… Nunca llegas a renegar de aquello pero sí es cierto que son canciones que forman parte de un momento de tu vida que queda muy lejos. Esta gira con Nacha me ha venido a confirmar que algunos temas que están muy manidos han conservado, a pesar de ello, toda su carga comunicativa y emocional. Es una forma de confirmar que son canciones atemporales.

¿Es especialmente nostálgico con la movida madrileña?
A mí me gusta recordar muchas cosas porque tengo la cabeza llena de recuerdos muy buenos, aunque también he padecido momentos muy malos. Me gusta recordar los buenos recuerdos y recrearlos… pero hasta cierto punto, guardando las distancias, de manera que no te afecten al presente. Sólo me gusta recordar con alegría.

¿Con qué se queda de aquellos 80 de eclosión y libertad artística?
Con la capacidad que había para realizar las ideas. Era pensar en algo y en seguida se podía conseguir. Había una infraestructura en el mercado que lo permitía. Se estaba un poco por la labor de buscar nuevas cosas. Ahora es todo muy distinto. Me quedo con ese grado de complicidad que había entre los creadores y los que tenían el poder para transmitir esas creaciones.

¿Cómo es la salud del pop actual?
Creo que es buena porque los que lo hacen son jóvenes con ilusión. Lo malo es que se vive un momento difícil en el que es muy complicado abrirse camino, tanto en el pop como en el resto de estilos. La música bien hecha es la que tiene que salir a la luz y prevalecer… es la que escribe la historia. Tengo la tranquilidad de que la juventud siempre va a derrotar al enquilosamiento y el agarrotamiento. Es una batalla difícil que no tendría que ser así. Los jóvenes no tendrían que luchar tanto para abrirse hueco.

¿Cómo compone? ¿Tiene una disciplina rigurosa y fija?
No tengo un método rígido. Me pongo a tocar y van saliendo las ideas, algunas cosas que te van gustando… Luego vas trabajando en ello, le vas dando forma, sea canción o no. A veces tenemos en la cabeza un esquema demasiado rígido de la canción, en su estructura más esquemática. Intento huir de eso desde que empecé. Hubo un momento en el que descubrí que la música tenía muchas formas.

¿En qué se basa?
Ya no pienso tanto en el concepto de canción, sino en el de pieza u obra musical. Es una forma de ir incorporando elementos, de que las canciones vayan más allá y de no repetirme. Si haces canciones, corres el riesgo de repetirte, aunque esa repetición no sea reprobable porque sólo es una forma de trabajar. Pero a mí me horroriza repetirme… me da miedo. Intento sorprender en cada nueva canción.

¿Qué está escuchando ahora?
No tengo mucho tiempo pero me gusta seguir escuchando los discos de los que aprendí y que todavía me siguen sorprendiendo. Comulgo sobre todo con la música de los años 70 y los primeros 80.

¿Ha actuado mucho en Tarragona?
He ido muy pocas veces. Es de los sitios en los que menos he actuado. Recuerdo que fuimos a un concierto en un campo de fútbol, en el que actuaba Miguel Ríos, pero de eso hace mucho. También hemos estado alguna vez con Nacha Pop.

domingo, noviembre 02, 2008

Otra noche en vela

La Fuga + RSK
18 de septiembre de 2008
Palacio Ferial y de Congresos de Tarragona

La noche prometía. Tarragona no está acostumbrada a vivir este tipo de conciertos. Es raro ver por aquí a grupos de rock de primer nivel. Por eso, los rockeros del lugar se frotaron los ojos cuando vieron que La Fuga era uno de los platos fuertes de las fiestas de Santa Tecla. Seis años después, el grupo cántabro volvía a Tarragona. La fiesta estaba servida. Pero lamentablemente, el excesivo precio de las entradas (24 euros en taquilla) provocó que más de uno se lo pensara mejor y se quedara en casa. Lo que iba a ser un concierto multitudinario se convirtió en un recital para poco más de 1.000 personas. El Palacio Ferial y de Congresos no se llenó. Lástima.

Los tarraconenses RSK, que han acompañado a La Fuga en una minigira de cinco conciertos por diferentes puntos de España, fueron los primeros en salir al escenario. Para la banda de rock urbano era una noche muy especial. Tocaban en casa, ante su gente, y estaban muy motivados. Es sorprendente la ascensión meteórica de RSK. En poco tiempo han pasado de actuar en las fiestas de su barrio y poco más a ser uno de los grupos con más proyección del rock nacional. Lo suyo les ha costado y la verdad es que se lo han currado. En Tarragona dejaron muy buenas sensaciones. Tocaron los temas de su último disco Corriendo las calles (que, por cierto, regalaron a la salida del concierto) y se soltaron las melena con dos buenas versiones de 'No hay tregua' de Barricada y 'No Dudaría' de Antonio Flores. En seguida se metieron al público en el bolsillo. Tienen gancho y una buena pegada, aunque, a veces, resultan un poco repetitivos. Como colofón, Nando, de La Fuga, se subió al escenario con ellos para tocar ‘Viejos rockeros’, uno de los temas más emblemáticos de RSK. Era un anticipo de lo que vendría después.

Poco antes de la medianoche, La Fuga irrumpió con fuerza en el Palacio Ferial y de Congresos. Los de Reinosa abrieron fuego con 'Los Molinos', primer corte de su último disco Asuntos pendientes. Los destellos de los flashes de las cámaras de fotos rompían la oscuridad, mientras las primeras filas se llenaban de adolescentes. La Fuga está de moda (con lo que eso supone) pero, afortunadamente, no ha perdido el espíritu rockero con el que nació hace más de una década. Sigue siendo una buena banda de rock and roll. Eso sí, no estaría mal que ampliasen un poco su léxico: se pueden hacer buenas canciones sin mencionar constantemente a la luna, la primavera o el mes de abril.

Rulo y compañía se apoyaron en las canciones que les han convertido en uno de los grupos más importantes de este país. Durante dos horas, sonaron sin pausa 'En vela', 'Majareta', 'Los de siempre', 'Pedazo de morón'... La calma llegó con 'La balada del despertador', según Rulo, la única canción de amor que han compuesto en ocho discos. El público se las sabía todas y se lo pasó en grande jaleando cada una de las estrofas. La Fuga cerró el concierto con 'Heroína' de los Calis y 'Pa aquí, pa allá', aprobando el examen con buena nota. Esperemos que no tengan que pasar otros seis años para volver a verlos por aquí.

viernes, septiembre 26, 2008

El rock duro tomó Cambrils

Con un poco de retraso, y tras demasiado tiempo de silencio, aquí os dejo la crónica de la primera jornada (la que realmente mereció la pena) del Cambrirock 2008. Os aseguro que no tardaré tanto en volver a contaros cosas por aquí.

El heavy metal y el rocanrol tomaron Cambrils (Tarragona) el pasado 20 de agosto. El Cambrirock –que llegaba a su sexta edición– reunió sobre el mismo escenario a bandas como Saratoga, Ankor, Kota Zero, Melancomia o Kill Us, en una jornada en la que los centenares de ‘metaleros’ que se acercaron al campo municipal de fútbol disfrutaron de lo lindo.

Los tarraconenses Ankor se encargaron de abrir el festival. La banda de metal liderada por la vocalista Rosa de la Cruz dio muestras de su frescura y juventud –sus miembros apenas superan los 20 años– con un sonido muy contundente, en la línea de grupos como Stravanzza o los propios Saratoga. Su actuación duró poco más de media hora, en la que no faltaron los temas de su último disco Al fin Descansar o una versión del ‘Hoy gano yo’ de Warcry.


El metal dio paso al rocanrol. Cuerda Floja (que recuerda a los mejores Platero y Tú) sacó a relucir su lado más guitarrero, mezclado con un toque picante de blues. La banda dejó una magnífica sensación en la presentación en directo de los temas de su primera maqueta Cuerda Floja. Al término del concierto, su cantante, Toni Beas, comentaba que “estamos encantados de haber tocado en el Cambrirock. Es una forma de dar a conocer a las pequeñas bandas que estamos empezando y una oportunidad para tocar en directo en un escenario grande”.

El heavy metal volvió a ser protagonista después. Tras la renuncia de RSK, que se cayó del cartel a última hora, la banda de metal industrial Symawrath sorprendió a los asistentes con una atrevida puesta en escena (con una estética impactante) y un sonido demoledor. Era su oportunidad, y no la desaprovecharon.

Melancomia recogió el testigo. El grupo de glam rock siniestro, como ellos mismos se autodefinen, fue de lo más destacado de la noche. En su segunda participación consecutiva en el Cambrirock, volvieron a dejar claro que tras las capas de maquillaje se esconden unos grandes músicos que convierten en espectáculos todas sus actuaciones. El mal planeó sobre Cambrils en forma de canciones como ‘Verónica’, ‘El fantasma de la curva’ o ‘El baile del cementerio’. «Tocar aquí es un reto para nosotros. El cartel del festival mejora cada año y es difícil estar a la altura”, afirmaba Joe Love Shiva, guitarrista de Melancomia, poco antes de salir a escena.

El festival dio un giro de noventa grados con el punk rock ochentero de la banda local Kota Zero. Los cambrilenses, arropados por un buen puñado de seguidores, se resarcieron de su actuación del año pasado (la lluvia les jugó una mala pasada) echando más leña al fuego: canciones rápidas y letras reivindicativas, al más puro estilo de La Polla o Reincidentes. Esta vez sí les dio tiempo de tocar los temas más emblemáticos de su primer disco No pierdas la razón. Jugaban en casa y no defraudaron a sus paisanos.

A medianoche llegó el momento más esperado por todos. Saratoga, con Niko del Hierro al frente, salió al escenario con ganas de demostrar que, a pesar de los continuos cambios en la formación, sigue siendo una de las bandas punteras del heavy metal español. El grupo madrileño abrió el concierto con ‘El vuelo del halcón’, primer corte de su último álbum VII, ante el delirio de los numerosos fans que acudieron a la cita. Con un Tete Nova espectacular al micrófono, Saratoga derrochó fuerza interpretando algunos de sus temas más recientes, ‘Sigues estando (En mi vida), ‘Dueño del aire’ o ‘Gran mago’, y clásicos como ‘Perro viejo’, ‘Ave fénix’ o ‘A morir’. Y para finalizar, como no podía ser de otra manera, ‘Vientos de guerra’. La banda también tuvo un detalle muy emotivo al pedir un aplauso para las víctimas del accidente aéreo que se produjo en Barajas pocas horas antes.

La jornada se cerró con la actuación de los castellonenses Kill Us y el grupo local de death metal Unchained. Ya era muy tarde y el cansancio se había apoderado de mí, así que no pude disfrutar de sus actuaciones.

El Cambrirock continuó los cuatro días siguientes, aunque algo más descafeinado, con una gran diversidad de estilos musicales: hip hop, fusión, mestizaje, pop o música electrónica. Por el escenario del festival desfilaron grupos tan variopintos como La Excepción, Orishas, Pastora, Fangoria, Chimo Bayo o Albert Pla.

viernes, agosto 22, 2008

Entrevista a Shuarma

'Mis discos son un poco autobiográficos'

El barcelonés Shuarma está de gira presentando su primer disco Universo. El ex cantante de Elefantes tocó en el noveno festival de la Associació de Músics de Tarragona (AMT). El Rock de la Urbe charló con él antes del concierto.

¿Quién se esconde detrás de Shuarma?
Una persona que disfruta de la música y el arte, y que ha encontrado una manera de contar su vida a través de las canciones.

En su disco Universo muestra sus sentimientos más íntimos.
En toda mi carrera musical he entendido los discos como una fotografía del momento en que han sido escritos, todos son un poco autobiográficos. Universo y Más Universo (una reedición del primero con cinco temas nuevos) son dos álbumes que reflejan un periodo muy positivo de mi vida, y eso se nota en las canciones.

En su nueva etapa las guitarras acústicas sustituyen a las eléctricas.
Universo es un disco muy de tierra, que muestra un momento muy dulce de mi vida. Las guitarras eléctricas no tenían mucho sentido para mí en este álbum, así que las sustituí por guitarras acústicas de madera y por percusiones, instrumentos casi primitivos que me daban la emoción y el calor que yo quería para las canciones.

Está explorando sonidos nuevos continuamente.
Estoy siempre con la oreja puesta en todas partes. Cuando oigo algo que me gusta lo incorporo de alguna manera a mi música. Tengo la fortuna de viajar y moverme mucho. En el disco Universo, por ejemplo, hay influencias de un viaje que hice a África, utilizo mucha percusión africana. Es un espíritu que está dentro del disco...

Al hablar con Shuarma es inevitable recordar a Elefantes, una banda que se disolvió cuando estaba en lo más alto. ¿Qué pasó?
A veces el éxito no viaja con el arte o las ganas. Elefantes estaba en su momento de mayor éxito y popularidad, pero no estaba en su mejor momento de creatividad. Se había convertido en algo rutinario, sin apenas ilusión. No había demasiada motivación interna. Y yo necesito estar motivado para hacer música, porque estoy contando cosas muy íntimas y necesito sentirlas y creerlas. Simplemente, deje de creer en Elefantes.

Y empezó una nueva aventura.
Me di cuenta de que la fama es importante, pero es mejor hacer buenos discos. Decidí apostar por ello y empecé mi carrera en solitario. Estoy muy satisfecho a nivel artístico, porque vuelvo a emocionarme cada vez que subo al escenario o compongo una nueva canción.

Es la primera vez que actúa en Tarragona, ¿qué espera del público?
Más que por el público, estoy expectante por mí. El concierto será en formato acústico, aunque prefiero el eléctrico, y espero que les guste, disfruten de las canciones y crean que aquí hay un músico interesante sobre el que investigar. Lo que más me apetece es estimular a la gente de alguna manera.

¿Qué Shuarma veremos en la Chartreuse?
Voy a ofrecer las canciones al desnudo, tal y como fueron escritas: yo con mi guitarra acústica. Aunque en este caso llevaré a dos músicos acompañantes. Son canciones muy bonitas de interpretar y creo que para el oyente también son amables al oído.

martes, julio 29, 2008

Entrevista a Julián Hernández, líder de Siniestro Total

'Si tuvieramos nostalgia, sería terrorífico'

Siniestro Total está de nuevo en la carretera con la gira de su último disco Que parezca un accidente. El periodista Raúl Cosano, amigo de El Rock de la Urbe, charló con su líder, Julián Hernández, sobre sus proyectos empresariales, la nueva etapa de la banda o el disco de country que están preparando.

¿Qué se siente al ser empresario discográfico?
Tampoco es eso, hombre. Hacemos lo que podemos pero en pequeñas diócesis, a minúscula escala y a lo que se pueda hacer. No se trata de una pretensión salvaje de compañía de discos, sino de ir sacando adelante algo de música. Sobrevivimos para hacer proyectos más cercanos, las cosas que se nos ocurren a tres o cuatro. Pero en ningún caso es pluriempleo.

¿Qué espectro estilístico abarca Discos de Freno?
Nada más que los proyectos más cercanos y cuando se tenga dinero. Lo que sí hay son algunos criterios. Si podemos tener una estructura montada, en el momento en que tengamos el trabajo hecho y la pasta disponible, las sacamos adelante. Desde cosas más pop, hasta más de vanguardia o de lo que se nos ocurra. No podemos competir en absoluto con nadie. Es una estructura pequeña que se puede mover en una medida lógica. Si pudiéramos editar, por ejemplo, libro-disco, lo haríamos, pero hay que considerar el dinero y haríamos cosas escandalosamente rentables.

¿Cómo se llevan a cabo tantos proyectos?
¡Eso mismo me pregunto yo! ¡Pues tirando como se puede y quitándote horas de sueño, supongo! También aparcando alguna cosa en un momento dado y tirando por otro sitio, dejando que alguien tire de ti para ir avanzando medianamente bien... Alex, el chaval que está haciendo el videojuego de los Cronocrímenes, la película que ha hecho Nacho Vigalondo, me decía que vivimos en un constante pluriempleo. Eso forma parte del espectáculo.

¿Le molesta que le llamen polifacético?
Hombre, no es que me moleste... ¡Es que es más pluriempleo que otra cosa! Por ser fieles a la verdad, puedo decir que no soy polifacético. El Gran Wyoming decía que si le daban un lápiz y un papel, él escribía; si le ponían delante una cámara, hacía televisión, y si le colocaban una banda y al Maestro Reverendo con el teclado, pues hacía música, pero en realidad todo era lo mismo. En mi caso, pasa igual.

¿Qué ofrece la actual formación de Siniestro Total sobre el escenario?
Ahora estamos de gira, con el disco éste nuevo de Que parezca un accidente, y al mismo tiempo que tocamos en directo por todo el país le damos vueltas a un álbum de country, pero eso es lógico.

¿Lógico? ¿Por qué?
Galicia está arrinconada allí en el oeste y por eso en algún momento teníamos que tirar para el country o el western. Es algo natural. Y en ésas estamos.

¿Tocarán las canciones clásicas y emblemáticas?
Nunca sabemos muy bien cuáles son. En el disco no se escogieron canciones para grabar, eran simplemente las que estábamos haciendo en la gira. Y decidimos que no se parecieran en nada a las que ya estaban grabadas porque si no, hubiera sido muy aburrido. Por un lado, es bueno tener mucho repertorio porque ves que puedes escoger, pero eso también es difícil. Siempre nos tiramos un mes y medio seleccionando las canciones de la gira.

¿Hay canciones que se han cansado de tocar?
No creas... Curiosamente, nos ha pasado al revés, con canciones que no tocábamos desde hacía mucho tiempo, las hemos intentado recuperar y las hemos dejado porque no nos salían. Otras veces sí que sale bien esa recuperación de la canción y sale adelante. Si la canción no funciona en el local, lo mejor es no intentarlo más. Es que, al fin y al cabo, las canciones son como los hijos. Unos te salen tontos, otros listos, otros se te van de casa pronto y ya no los ves más en toda tu vida y otros se quedan hasta los 40 y son un coñazo. Depende.

¿Por qué siguen en esto?
Porque si no nos lo pasáramos bien, no tendría sentido nada de esto y, si la maquinaria no funcionara, tampoco. Lo que hace que funcione es que el grupo suena bien, está en un buen momento. Conseguimos no tirarnos los trastos a la cabeza con lo cabezotas que podemos llegar a ser y eso ya es mucho... y nos deja ese margen suficiente para sobrevivir. El día que no veamos las cosas claras, pues se acabó. Eso lo tenemos claro. En parte, seguimos en la carretera porque somos muy cabezones.

¿Hay nostalgia?
No, qué va, no hay nada de eso. La nostalgia es un sentimiento reaccionario. Tampoco hay que decir que ahora recuperamos canciones del pasado. Las canciones las tenemos ahí y no hay que recuperarlas ni pensar en qué bonito fue todo aquello. No nos hace ninguna falta vivir de las rentas. Hacemos las cosas en la medida en que las necesitamos y nos parece conveniente. Si tuviéramos nostalgia, todo esto sería terrorífico.

jueves, julio 17, 2008

Ésta es una noche de rock and roll

Barricada pasó por Reus el 22 de junio con un concierto de casi dos horas en el que repasaron los mejores temas de sus veinticinco años de historia.

Un, dos, tres… fuego. Veinticinco años no son nada. Barricada sigue dando guerra sobre los escenarios y, como quedó demostrado en Reus (Tarragona), todavía tiene cuerda para rato. Los navarros no han perdido ni un ápice de su fuerza en directo. Sus conciertos son puro rock and roll… del de antes y del de ahora. Se han renovado con el paso de los años y ahora están viviendo una segunda juventud. Sus seguidores también lo han hecho. Los más veteranos llevan de la mano a las nuevas generaciones para que conozcan de cerca a la banda que revolucionó el rock en este país allá por los años 80; y los más jóvenes saltan y se emocionan por primera vez con “Animal caliente”, “Písale”, “Rojo” o “En la silla eléctrica”.

En Reus, Barricada dio otra lección. Como ya es habitual, la luces se apagaron para dar paso a la intro de "Sean Bienvenidos". El público, que todavía estaba celebrando que España se había cargado a Italia y ya estaba en semifinales de la Eurocopa, entró pronto en calor, hasta el punto de que una fan enloquecida les lanzó un sujetador. Y sí, El Drogas lo cogió y se lo puso. La imagen no tenía desperdicio. Estaba claro: era una noche de rock de roll. Barricada lleva un cuarto de siglo en la carretera y tiene muchas cosas que decir. Y ahora que están de aniversario, más aún. El concierto duró dos horas, pero pudieron ser muchas más. Los de Pamplona tocaron sus mejores temas, para disfrute de los fieles “barriqueros” que se agolpaban en el recinto reusense. “Deja que esto no acabe nunca”, “No sé que hacer contigo”, “Obsesión”, “Tiempos que arden”, “Todos mirando”… Una a una, las canciones iban sonando, mientras El Drogas, El Boni y Alfredo se intercambiaban el micrófono y el protagonismo. Lástima que el sonido no acompañara del todo…

Fue un recorrido por la historia de una de las mejores bandas de rock urbano del panorama nacional. Sus seguidores de toda la vida volvieron a sus años mozos de calimocho y mala vida con “No hay tregua”, “Lentejuelas” o “Bahía de Pasaia”. Mientras los más jóvenes, aquellos que en los años 80 ni siquiera habían nacido cuando Barricada daba sus primeros pasos en el barrio pamplonica de la Txantrea, dejaban claro que ellos también son “barriqueros” coreando cada estrofa de “Blanco y negro”, “Oveja Negra”, “Sofokao” o “Víctima”.
Por unas horas, la Fiesta Mayor de Reus se olvidó de San Pedro y vibró con una inolvidable noche de rock and roll.

viernes, junio 27, 2008

Con copa y puro

Estoy de vuelta. Después de un mes sin dar señales de vida, vuelvo para daros un poco de guerra en forma de roncanrol.

Este año no he ido al ViñaRock (o al Viña como se llama ahora). Lástima. Aunque si os digo la verdad tampoco me entusiasma el cartel… ni la nueva ubicación en Paiporta (Valencia). Estoy del lado de Matarile, por supuesto, pero me cuesta imaginarme este festival en otro sitio que no sea Villarrobledo.

De todos modos, aunque no me he pasado por El Viña, estamos en época de conciertos y festivales y no es plan de quedarse en casa. El fin de semana pasado estuve viendo a Barricada en Reus (en breve colgaré la crónica). Ya no sé la cantidad de veces que los he visto en directo, pero me siguen emocionado: los Barrica son los Barrica. Y como, además, una hora antes nos habíamos pulido a Italia en la Eurocopa… ni os cuento. Éxtasis total que diría Chimo Bayo.

Pero lo mejor está por llegar. Os voy a dar un poco de envidia. Mañana me piro a ver a Bob Dylan a Hoyos del Espino (Ávila). Es un palizón en coche (unas 7 horas) pero va a merecer la pena. Ver a un mito del rocanrol en directo es un privilegio, incluso para aquellos que no le han seguido demasiado (como una que yo conozco). Esta vez he cambiado los saltos y el 'barro' por la copa y el puro. Eso sí, el domingo tempranito de vuelta a casa, que hay que ver la final de la Eurocopa. ¡Qué tiemblen los teutones!

Por cierto, también me ha dado tiempo a escuchar buena música. Siniestro Total me ha vuelto a sorprender con su último disco Que parezca un accidente. Son sus éxitos de toda la vida en directo, pero con una chispa de humor impresionante. Este Julián Hernández es todo un personaje. Y como novedades, os recomiendo a un par de grupos muy buenos que están tratando de hacerse un hueco en este mundo: el catalán Dani Flaco, que acaba de sacar su primer disco Salida de emegencia, y los cántabros rocanroleros 4 de Copas.

domingo, mayo 18, 2008

Entrevista a Lilith

El cuarteto barcelonés Lilith está de gira por todo el país presentando su primer disco no te RIND as. Su cantante Agnés contestó a las preguntas del Rock de la Urbe.

Para la gente que todavía no os conoce, ¿cómo definiríais vuestra música?
Musicalmente y en cuanto a puesta en escena estamos cerca del hardrock y el punkrock anglosajón de los 80 y 90, le damos mucha importancia al espectáculo en el directo, pero cantamos en castellano para que se nos entienda pues aún nos interesa más que el rock no resulte vacío y que la comunicación con el público sea inmediata. Más allá de la música, el rock es una manera de vivir como diría Rosendo y para LILITH eso se tiene que mantener en todos los aspectos de la banda y de nuestra vida personal. Nos definimos como rockeros dentro y fuera de las fronteras de LILITH.

¿Qué podemos encontrar en el disco no te RIND as?
Es la primera parte de un todo dedicado al rock, son tres LP’s que forman una trilogía. Si no te RIND as es un disco más introspectivo, son trece temas y un cd-rom con videos y material adicional. En sí el disco es una unidad, de la piel a las tripas va explorando el tema del miedo. Pero funciona también en conjunto con los dos siguientes. Sal si Puedes, más dedicado a lo que hay fuera, más social, y Leche de Rock es un disco más nostálgico, más melódico, el rock es lo que hemos mamado desde pequeños.

El título es un juego de palabras. ¿Qué significa?
Si, en él se encuentran las siglas R.I.N.D (Rock Is Not Dead) es el título de la canción número once del disco, que es clave en la temática conjunta de todas las canciones. El miedo es el gran protagonista de no te RIND as los miedos propios de la condición humana, los femeninos y los miedos impuestos por la sociedad para dominarnos. Y el rock como antídoto al miedo. Por eso el título significa "no te rindas al miedo pq el rock no ha muerto" La canción RIND representa esa liberación del miedo. Por eso está dedicado a Barricada por su 25 aniversario y dispone incluso de un logo propio.


Las letras de vuestras canciones son un tanto oscuras. ¿Cómo os inspiráis para componerlas?
Las letras son mías y son de carácter personal pero eso sirve para reflejar situaciones y sentimientos que nos ocurren a todos. De alguna manera a partir de un caso concreto se denuncia una situación social. Temas como el hecho que no podemos dejar la casa de los padres pq no hay trabajo y el precio de las hipotecas, la hipocresía, la situación social en desventaja de la mujer, los abusos a la infancia, etc. Mi inspiración siempre a sido la universidad de la vida. Me gusta que me influya la realidad y cuando no, mi propia fantasía.

Habéis tocado con grupos como Deep Purple, Bob Dylan, Pretenders, Iggy Pop, Bryan Adams, The Darkness… ¿qué se siente al compartir escenario con estos “monstruos” del rock?
Fue una gran oportunidad para coger tablas, ver el mundo del rock de las altas esferas desde dentro, conocer a grandes artistas que son en su mayoría grandes personas también y aprender mucho de su público. Eso sobre todo, el público impaciente por que salga el otro te obliga a sintetizar mucho tu mensaje y redefinirlo para venderlo lo mejor posible. Aprendes mucho sobre tu propio proyecto a través del público de los demás.

¿Qué bandas os han influenciado?¿Cuáles son vuestras bandas favoritas?
Nos gusta considerar influencias algunas actitudes ante el concepto de banda de rock y otros conceptos de carácter social de nuestras bandas preferidas. Pero musicalmente hablando procuramos dar nuestra visión personal de rock y huir de las influencias en la medida de lo posible. Hemos crecido escuchando de todo: rock nacional e internacional, pop, heavy, punk, folk, blues, jazz, flamenco, etc. Desde los Beatles o Elvis hasta Marilyn Manson, Guns and Roses o Aerosmith. En los 80 Iron Maiden era la banda favorita de Albert. Joan siempre con Pearl Jam. Rafa, de todo, incluso mucho metal. Yo empecé en esto por culpa de Jerry Lee Lewis y Kurt Cobain. Y luego está la mejor banda del mundo, que son los Barricada, en esto coinciden todos los LILITH.

¿Te han dicho alguna que tu voz recuerda a la de Cristina Rosenvinge?
Lo cierto es que con esta van dos. Me gusta mucho la voz de Cristina, aunque me han comparado con muchas voces y no todas de mujer!!

En vuestros inicios cantabais en inglés. ¿Qué os llevó a cambiar de idioma?
La evidencia de que el inglés no es mi lengua materna con lo que mis capacidades expresivas en ese idioma son muchas menos que las que pueda tener en castellano. Tengo mucho interés en que la gente entienda mis letras y se identifiquen con ellas o se las hagan suyas. Eso no sería posible en una lengua que no domino yo ni el tío que tengo delante escuchando el concierto o el disco. La primera persona que me pegó un toque en este sentido fue Bunbury. Yo le quería dar una maqueta y vio los títulos en inglés. Tan solo dijo” Y tu de donde eres?” le dije “pues de aquí” y añadió “y pq cantas en un idioma que no es el tuyo?” Creo que él tenía mucha razón por lo menos en mi caso. LILITH es ahora un grupo completo y coherente, en esa época aún nos reflejábamos en el espejo de las bandas de habla inglesa con las que crecimos escuchando rock.

Como buena banda de rock and roll, supongo que los directos serán vuestro fuerte…
El concierto es la ceremonia de celebración de los valores vitales inherentes al rock tal cual fue concebido en un principio antes de ser asimilado y dominado por la sociedad, con lo que, sin duda, es el aspecto más importante en una banda de rock. En LILITH lo consideramos así y por eso procuramos que nuestro directo no deje indiferente a nadie. Por otro lado, somos conscientes de la importancia de la imagen en nuestra sociedad y del aspecto multidisciplinar hacia el que se dirigen todas los artes. La imagen debe acompañar y representar a los conceptos del disco y de la banda, pero los conceptos siempre han de ser lo más importante. También queríamos hacer un homenaje al rock desde otras disciplinas como es el cómic, otro gran arte maldito, o como es el audiovisual que es el gran lenguaje de nuestro tiempo.

¿Qué tal va la gira de presentación del disco?
La gira está saliendo muy bien, cerca de 50 fechas por todo el estado, para un disco debut es un buen comienzo. Por no hablar de la de gente tan maja que estamos conociendo por el camino, eso creo que es lo mejor de todo. Decir que lo gestiono yo, y mi consejo para las bandas es ese, que opten por la autogestión. Recomendar también al público que se impliquen activamente en la vida de las bandas, ahora tal cual están las cosas, si quieren saber donde vamos a tocar lo mejor es que se registren en la web y les avisamos: http://www.lilithrock.com/; lilithrockmusic@gmail.com o se pasen regularmente por el space donde siempre tenemos la agenda al día: www.myspace.com/lilithrockmusic

Para acabar, tengo una curiosidad, ¿quién es la chica de la portada del disco?
Pues la chica soy yo. Óscar Maldia, que lleva todo lo que a imagen del grupo se refiere, aprovechó una foto mía para hacer el dibujo. Nuestra intención en la portada era sintetizar los contenidos del disco. Básicamente, destacar el aspecto y carácter femenino de nuestro rock, o sea la chica, y la crudeza e inmediatez de la música y las letras, eso representado en el disparo.

miércoles, abril 30, 2008

En el lado oscuro

Tras recibir más de una crítica por mi comentario en contra de la música indie y como, además, rectificar es de sabios, el sábado pasado decidí pasarme al lado oscuro y fui al concierto de The Sunday Drivers en el teatro Metropol de Tarragona. Y os confieso que me lo pasé muy bien…

Era mi primer concierto “popero” y la verdad es no sabía muy bien a que me iba a enfrentar. El público estaba sentado y la única hierba que se veía era la del césped de la entrada. Las gafas de pasta y los flequillos sesenteros estaban a la orden del día… pero, ¡para qué os voy a engañar!, disfruté como un enano y hasta que me atreví a canturrear algún que otro tema. Lo mismo me estoy volviendo un moderno…

La noche empezó con sorpresa. Fui a recoger las entradas a las nueve (a estas cosas siempre hay que ir por la patilla) y me enteré de que el concierto no empezaba a las 21.30 sino a las 22.00, así que ni corto ni perezoso, me fui un rato al casino a vacilar un poco a la ruleta. A las 22.00, un poco más relajado ya, me senté en mi butaca y esperé a que las luces se apagaran. De repente, salió una chica al escenario y empezó a cantar con la única ayuda de los acordes de su guitarra. Impresionante. Me quedé con la boca abierta. Sólo por escucharla a ella mereció la pena infiltrarme entre “guays”. Fue muy emocionante. Era la cantante de Russian Red, un grupo completamente desconocido para mí hasta ese momento, y que os recomiendo que escuchéis.

Tras esta agradable sorpresa, me animé y me agarré bien fuerte a la butaca por si me daba por salir huyendo. Era el turno de los toledanos The Sunday Drivers. Había escuchado muy poca cosa de ellos y ya me veía bostezando sin parar… pero nada más lejos de la realidad. Las hora y media que estuvieron sobre el escenario se me pasó volando. Estos tíos son muy buenos músicos y, además, son medio paisanos míos ¡qué más se puede pedir! Todavía tengo grabada la imagen del bajista… igualito que el de Asfalto.

Bueno, tras esto, mi consejo de hoy es que escuchéis música de todo tipo, sobre todo si es en directo. Os lo dice uno que ha ido a un concierto de OBK en la Sala Bikini de Barcelona.

lunes, abril 21, 2008

Lo que hay que oír

Después de unos días desaparecido (en todos los sentidos) vuelvo con las pilas cargadas y con aires completamente renovados. Vamos, que las cosas empiezan a encajar… No hay nada mejor que experimentar nuevas sensaciones, sean buenas o malas, para volver a levantar la cabeza y decirle al mundo todo lo que piensas de él. Y de paso, si tienes suerte, te suceden cosas sorprendentes y hasta descubres nuevas bandas de rock and roll. En mi caso he recuperado el optimismo gracias a los canadienses Danko Jones y a los ingleses Gipsy Pistoleros. ¡Ya era hora de dejarme seducir… por nuevos grupos! De todos modos, hay cosas que no cambian y sino, echadle un vistazo a mis cinco temazos de la semana:

1-Barrio conflictivo” de Barricada
Impresionante. Esto es rock urbano y lo demás es tontería (como se nota la influencia de Leño). Es el tema que da título al segundo disco de “Los Barrica”, grabado en 1984 y uno de los mejores de su discografía, sin duda. Barricada en estado puro. Reivindicando lo que es suyo y sirviéndose del rock para denunciar los problemas que atravesaba el barrio pamplonés de la Txantrea en aquella época. Los que hemos vivido toda la vida en un barrio obrero y nos relacionamos continuamente con gente de toda condición y clase social sabemos muy bien de que trata la canción. La versión original de 1984 es demoledora, aunque yo os recomiendo que escuchéis la que grabaron en 1990 en el imprescindible Doble Directo. Es una buena oportunidad para escuchar en directo un tema que Barricada prácticamente ya no toca en sus conciertos. Aunque hablando de conciertos, ya me vale. El fin de semana pasado se juntaron Rosendo y Barricada para dar un conciertazo en Hospitalet del Llobregat… y no fui. Entre tuertos y tuertas me acabé inventando un plan alternativo y la verdad es que no me fue nada mal.

2- “Perros malos” de Narco
A veces es necesario retroceder para poder seguir mirando hacia adelante. Te das cuenta de lo que eras y de lo que, por lo que sea, ya no eres. Así que hace poco fui a mi polvorienta estantería de CDs y cogí uno al azar. La suerte me volvió a reencontrar con Registro de Penados y rebeldes (2002) de los sevillanos Narco. Una banda que me trae un “doloroso” recuerdo. Hace unos 9 años fui a verlos en directo y en un momento de euforia mi compañero de los conciertos Alberto me subió a hombros y me pegué un talegazo que ni Rajoy cuando perdió altura en el helicóptero. La gente hasta hizo un círculo para ver que me había pasado. Por suerte sólo estuve un par de días con la espalda dolorida. Eso sí, el concierto me lo tragué enterito como si nada me hubiera pasado. Será la genética… En fin este disco no es ni mucho menos el mejor de Narco, pero este tema es muy fiel a su estilo. Fue la primera banda de rap metal que escuché.

3- “Sticky Situation” de Danko Jones
¡Toma ya! Hay grupo nuevo en la oficina. Cuando todo estaba perdido y ya estaba replegando las tropas para abandonar el paraíso sin haber encontrado vida más allá de mí, voy y me compró la revista Rock Zone porque venía un CD de regalo. Ole ole y ole. Por fin aire fresco. “Sticky Situation” abre el disco Sleep Is the Enemy (2006) de los canadienses Danko Jones. Un tema pegadizo y muy bailable que se te mete en la sien a la primera escucha. Pero, cuidado, si lo escucháis a todo volumen en el coche correréis el riesgo de pegaros un buen leñazo. Lo digo por experiencia. Como veis, me estoy desviando un poco de los clásicos y estoy acercándome a nuevos sonidos. Tal vez estoy recuperando mi espíritu juvenil. Me empezaré a preocupar si me da otra vez por escuchar a Reincidentes…

4- “Tan sometido” de La Polla Records
Ay ese Evaristo, cuanta razón tiene. Otra cosa no, pero sometidos sí que estamos. Yo no hace mucho que dejé de estarlo, jeje… pero bueno ese es otro tema. La Polla Records forma parte de la banda sonora de todos los rockeros que hoy tienen entre 45 y 20 años. Son los maestros por excelencia de nuestro punk rock. Este tema aparece en álbum En Turecto de 1998. Y si os soy sinceros, hacía muchísimo tiempo que no lo escuchaba. Pero llevo un par de semanas pegado a él y he vuelto a rejuvenecer. Recuerdo cuando los vi por primera vez en directo en aquel Viña Rock de 2002, cuando me compre el vinilo Revolución en una tienducha de Aranjuez, cuando intercambiaba cintas de cassete con un compañero del equipo de baloncesto allá por 1994… La Polla me trae muchos y variados recuerdos. Lo que daría por volver una temporadita a aquella época. Y hacedle caso a Evaristo, hay que estudiar… aunque luego no sirva de mucho.

5- “El hombre sin rostro” de Gipsy Pistoleros
No tengo palabras para describir a estos tíos, así que aprovecharé la descripción de los compañeros de La Factoría del Ritmo, “son uno de los grupos más alocados de los últimos años”. Hace unas semanas estuve a punto de entrevistarles en Barcelona para la revista HeavyRock pero al final la cosa no salió. Los ingleses Gipsy Pistoleros han publicado este año su primer disco Wild, beautiful, damned, un puñado de canciones rockeras, descaradas, cantadas en spanglish y con aires flamencos. 'Vaya descubrimiento! Me han sorprendido, rock and roll setentero, del de toda la vida, con una buena dosis de cachondeo y sentido del humor. ¡Cómo a mi me gusta! Es un discazo con mayúsculas, del que os quiero destacar el tema “El hombre sin rostro”. Si os gustan las nuevas sensaciones, no os lo perdáis.

Por cierto, para despedirme os quiero dar un consejo. Por mucho que esté de moda, no escuchéis música Indie. Todos esos tíos flequilleros que van de guays y de modernos, haciendo de lo retro su modo de vida, no son más que una panda de horteras (que nadie se ofenda). Libraos de sus garras.

lunes, abril 07, 2008

Los Cinco principales

Hacer una lista con mis temas y discos favoritos es algo que siempre me ha llamado mucho la atención. Es una terapia magnífica. Desempolvas todos tu vinilos, rememoras viejas sensaciones… y te das cuenta de la que cantidad de material que tienes y de lo difícil que es escoger sólo diez. A mí me ocurrió esto hace unos meses. La revista HeavyRock me pidió que recomendara los que habían sido para mí los diez mejores discos del año 2007. Fue complicado, pero divertido. Así que le he cogido el gustillo al asunto y me he decidido a contaros cuáles son las cinco canciones que más estoy escuchando estos días. Ahí va eso:

1- “Tu frialdad” de Triana
Es el primer corte del disco Un encuentro (1980) de los sevillanos Triana, sin duda, la mejor banda de rock andaluz de la historia. Un grupo pionero, que combinó a la perfección el rock progresivo con el flamenco y sin el cual sería imposible entender la música en este país. “Tu frialdad” es una obra de arte. La letra está cargada de sentimiento y es muy fácil emocionarse con sólo oír la voz de Jesús de la Rosa, el alma de la banda y uno de los mejores compositores que jamás haya dado el rock español. Lástima que un maldito accidente de coche, el 14 de abril de 1983, acabara con la vida de este genio. Esta canción es un canto al desamor y a la desesperación. El fin del amor y el inicio de la rutina. Los que hemos pasado por esto sabemos que es mejor poner freno a tiempo y no alargar más tiempo algo que ya no tiene sentido. De la Rosa lo tenía muy claro.

2- “Mr. Crowley” de Ozzy Osbourne
Tras abandonar Black Sabath, el ‘loco’ inició su carrera en solitario con el disco Blizzard of Ozz (1990). En este álbum Ozzy sentó las bases del Heavy Metal más directo y comercial (en el buen sentido de la palabra) y con él empezó a forjarse una legión de seguidores por todo el mundo, entre lo que, por supuesto, me incluyo. Además, supuso el descubrimiento de un guitarrista fuera de serie, Randy Rhoads, que hasta entonces derrochaba talento en Quiet Riot. Escuché este álbum por primera vez hace muchos años, cuando me empecé a interesar por Black Sabath, y enseguida me enganché al tema “Mr. Crowley”. Una canción espectacular que empieza con una tenebrosa intro a cargo del teclista Don Airey y en la que Rhoads hace un trabajo guitarrístico para enmarcar. Cinco minutos de magia para cerrar los ojos y soñar.

3- “Fuego en mi oficina” de 091
Allá por 1983, unos jovencísimos 091 grabaron un single llamado Fuego en la oficina. Su éxito fue tremendo y posteriormente, en 1996, se incluyó como bonus track en el remasterizado Cementerio de automóviles. Es la canción más macarra de los granadinos. Punk corrosivo y letras reivindicativas al más puro estilo Sex Pistols. Entré en contacto con este tema gracias al álbum Último concierto de 2000. La primera vez que la escuché lamenté haberlo hecho, no me encajaba en el estilo de 091, a los que admiro por sus magníficas composiciones. Pero ahora, que me estoy volviendo un rebelde y que creo que he vuelto otra vez a la adolescencia, me parece muy interesante. Cada vez que retumba a todo volumen en mi cabeza me dan ganas de salir a la calle y empezar a quemar papeleras y volcar contenedores.

4- “Sting me” de The Black Crowes
Es el tema que abría mi segunda recopilación de videoclips grabados de la tele en una cinta VHS. “Sting me” es el primer corte del álbum The Southern Harmony and Musical Companion (1992) de los estadounidenses The Black Crowes. Una banda fundamental en mi vida, ya que gracias a ella descubrí la psicodelia y a grupos como Jefferson Airplane o The Small Faces. Este tema me enseñó que había vida más allá de Leño, Barón Rojo u Obús y me abrió las puertas de la música anglosajona. “Sting me” siempre ha sacado mi lado más chulo y golferas, y tengo muy claro que si alguna vez me hubiese dedicado a la música mis composiciones habrían ido por ese camino. Una buenas botas de cowboy y a recorrer las interminables carreteras del estado de Texas con una explosiva rubia (o morena, no quiero líos) en el asiento de mi Cadillac.

5- ‘Hunger Strike’ de Pearl Jam
“Hunger Strike” se ha convertido en un clásico en los directos de Pearl Jam (y en los de Audioslave), aunque, de momento, no la han grabado en ningún álbum de estudio. Yo lo conocí por casualidad, cuando escuché el concierto que los norteamericanos realizaron en México D.F. el 19 de julio de 2003. Es un tema que me habría pasado desapercibido de no ser por la potente voz de la guapa Corin Tucker (cantante de Sleater-Kinney) que se subió al escenario para echarle una mano a Eddie Vedder. Es un tema perfecto para reencontrarse con el amor y perderse por las calles de Seattle en busca de una buena pinta de cerveza.

domingo, marzo 30, 2008

¡Qué calor!

Este fin de semana he estado en el I Festival PornoRock en Salou. Una experiencia diferente, ya que no es muy habitual ver como se lo montan dos tías sobre el escenario mientras los grupos afinan sus guitarras.

El festival me ha servido para varias cosas. En primer lugar, he descubierto a Candymen, una banda muy interesante de rock progresivo en inglés liderada por el actor William Miller. Habrá que seguirles la pista. También me he reafirmado en algo que ya sabía: No Apto son muy buenos. Sin embargo, Saurom no me transmitió nada. Quizá me estoy haciendo viejo para el heavy épico. Pero, sin duda, mi mejor descubrimiento de este fin de semana no tiene nada que ver con la música…

Bueno, pues aquí os dejo la crónica del festival que he hecho para el periódico en el que trabajo. Teniedo en cuenta que la he escrito en tiempo récord, con los ojos medios cerrados por el sueño que tenía, y que hubo momentos en los que tampoco estuve muy pendiente de los conciertos… creo que no está mal:

¡Qué calor!, sube la temperatura en Salou tras el I Festival Pornorock

Caliente caliente. El sexo y el rock and roll fueron los protagonistas del I Festival PornoRock, que se celebró el sábado por la noche en Salou. Un mezcla explosiva, pionera en España, que reunió a unas doscientas personas en el pabellón anexo al campo de fútbol.

La noche, un tanto fría, comenzó el rap-metal duro y contundente de los reusenses BandelPalo, que están inmersos en la presentación de su primer disco In:Directo. Pero por primera vez, la música estaba en un segundo plano. El público, mayoritariamente masculino, esperaba cámara en mano a que desfilasen por el escenario las chicas más picantes del cine porno patrio. Los flashes se desataron con la aparición de la primera de las actrices, Jessy One. Una explosiva morena que dejó con la boca abierta a más de uno. Tras ella, volvió el rock duro con los cambrilenses No Apto. La banda de los hermanos López, apoyada por el guitarrista Jordi Pallarés y el batería Carlos Rom –Ángel Alonso estará unos meses en Los Ángeles–, dejaron constancia de su gran potencial en directo con temas como “Vivo” o “En el punto de mira”, de su segundo álbum Voces, o una magnífica versión del Personal Jesus de Depeche Mode.

Los conciertos se alternaban con los espectáculos eróticos y la temperatura subía a un ritmo frenético. Uno de los momentos más esperados de la noche…por el público femenino, especialmente, fue la actuación de del actor porno revelación de 2007 Samuel Soler. Un pésimo bailarín pero un hombre muy bien dotado para el cine. Y si no que se lo pregunten a la afortunada y sonriente joven que subió con él al escenario… Después llegó el turno de los salouenses Candymen liderados por el actor William Miller (Cuéntame, Upa Dance, Yo soy la Juani, etc.). Una elegante banda de rock progresivo que recordó a los mejores Nirvana o The Cult.

El corazón de los espectadores se empezó a acelerar rápidamente cuando el presentador del evento anunció la actuación de Sara May, mejor actriz porno española de 2007. Apenas cabía un alfiler en las primeras filas. Un espectáculo que, aunque sólo duró diez minutos, se quedará grabado en la memoria de los asistentes durante mucho mío. “¡Madre mía!” fue la frase que más se escuchó entre el público. Poco a poco, fue llegando más gente al recinto para ver, sobre todo, a Pastora. El grupo barcelonés, que acaba de editar su tercer trabajo Circuitos de lujo, fue uno de los más destacados del festival, aunque a priori desentonaban un poco en un cartel mayoritariamente rockero.

Tras ellos, la espectacular Ana Ros, nominada a mejor actriz ninfa, convirtió en héroe a un joven espectador que tuvo la suerte de compartir con ella juegos eróticos sobre el escenario. El muchacho se llevó una de las mayores ovaciones de la noche y, sin duda, fue uno de los más envidiados. El festival estaba llegando a su fin y era el turno del heavy metal. Después de unos 45 minutos de retraso, Saurom saltó a escena ante un reducido pero ruidoso grupo de seguidores que disfrutaron de lo lindo con el espectáculo de malabares y fuegos artificiales que acompaña a los andaluces en su nueva gira de presentación del álbum Once romances desde Al-andalus. El broche final lo pusieron los tarraconenses Ankor, que recientemente han editado su primer trabajo de estudio Al fin descansar.

miércoles, marzo 26, 2008

Recuerdos de libertad (II)

Bueno, pues como lo prometido es deuda, en esta nueva incursión por el mundo del rock os seguiré hablando de mí, de esos pedacitos de placer y angustia que esperan encima de mi mesilla, rotos, hechos trizas, pero convencidos de que algún día les dedicaré tiempo y pegamento. Subid que nos vamos de paseo.

A los 10 años ya había descubierto a Leño (como ya sabéis), ya sabía lo que era el rock y lo que significaba ser un rockero. Empecé a llevar el pelo un poco más largo, alborotado, con un rizo para cada lado. En aquella época yo era el delegado de mi clase y los curas andaban un poco mosqueados conmigo. Conocí a un chaval de un pueblo de Toledo que estaba interno en mi colegio. Creo que se llamaba Ángel. Tenía un par de años más que yo, y como me pasaba a mí, no comulgaba demasiado con la disciplina cristiana. Su compañía y mi falta de interés por confirmarme y rollos de esos me pusieron en el punto de mira del padre Torremocha. Me llamó un día a su despacho y me dijo: “¿Qué te pasa? Deja de juntarte con ciertas personas y a ver si te pelas de una vez”. Ni caso.

Seguí a lo mío y en mi camino se cruzó otro tipo extraño, un chaval que jugaba en el Estudiantes (con Felipe Reyes) y que hablaba mucho de una banda americana que se llamaba Nirvana. Era 1991. Al cabo de unos días, se presentó en clase con un vinilo con un bebé desnudo en la portada y me dijo “tienes que escuchar esto”. Era el Nevermind. Al principio no me gustó, pero me lo grabé en una cinta de 90 y me lo ponía de fondo mientras hacia los deberes. A las tres escuchas ya era un auténtico fan de Kurt Kobain. Éste es posiblemente uno de los discos que más veces he escuchado. Durante un par de años pasaba los domingos en una casa en el campo que tenían unos primos míos en Añover del Tajo, y recuerdo que allí, sentado en un Opel Kadett y entre gol y gol del Madrid, me pasaba las horas muertas con “Smells Like Teen Spirit”, “Come As You Are” o “Territorial Pissings”. Con Nirvana dejé de ser un niño y me convertí en un adolescente más, en un pimpín que se creía capaz de todo, hasta de componer sus primeras canciones. Hice mis pinitos como compositor y llegué a grabar en un radiocasete un tema llamado “El Nada”. En mi barrio al menos gustó, jeje. Recuerdo que yo iba a 6º o 7º de EGB y tenía loquita a una chica que ya iba al instituto. En fin, como todo adolescente, soñé con ser una rockstar y me fijé en Kurt Kobain como modelo. Lloré su muerte en abril de 1994.

La música es un receptor de sentimientos. Un vivero de sensaciones. Un mundo desconocido al que accedemos por casualidad. No hay que hacer nada. Sólo esperar. Ella se encarga de llamar a nuestra puerta. ¿Misterio o realidad? Yo sólo sé que mis discos favoritos suelen estar relacionados con momentos puntuales de mi vida. Aunque no siempre es así. A veces las circunstancias pueden hacernos aborrecer un buen álbum. Es como una relación de pareja, llega un día que se rompe la magia y ya no puedes hacer nada por arreglarlo. Ni siquiera vale la pena luchar. O eso creo, lamentablemente. Pues a mí me pasó algo así con el ¿Y ahora qué? de Reincidentes. Un grupo que nunca ha estado entre mis favoritos, porque soy de los que piensan que música y política nunca deberían ir de la mano. Pero bueno, este disco me gusta, es muy bueno. Supongo que a mí también me tocó vivir mi época rebelde, más punky.

Corría el año 2000, yo era novato en el amor, y me gustaba demasiado golfear con los colegas. En octubre nos montamos un viajecito a las fiestas del Pilar de Zaragoza. Perfecto. Pero por aquel entonces yo andaba con una chica con raíces aragonesas que no dudó en apuntarse. Yo iba con mis colegas y ella con los suyos, y luego allí pues ya quedaríamos. En el recinto Interpeñas tocaban ni más ni menos que Reincidentes, que presentaban ¿Y ahora qué? y unos macarras de Hortaleza, los Porretas, que acaban de sacar su disco de versiones Clásicos. Un cóctel explosivo. Botellón en la puerta con whisky segoviano y coca cola light, sin hielo. Disfruté de lo lindo con “Dolores”, “No normal”, “Pongamos que hablo de Madrid”, “Txus”… me las sabía todas. Aquel fue un concierto como Dios manda. No faltó de nada, ni siquiera mi extraña costumbre de ir p’al barro. Pero la fiesta se torció y se me fastidió uno de los pocos discos de Reincidentes que creo que valen la pena. Era una noche de rock and roll, como dice Barricada, y nada ni nadie me podía controlar. Estaba en mi hábitat natural. Pero en pocos segundos pasé del calor del concierto al frío de mis primeras dudas de pareja. Después vinieron más y más. Por suerte sólo veté este disco un año o así, y hoy en día sigo escuchándolo. El tema “Hablando con mi cerebro” de aquel “problemático” álbum de los Reinci resumía perfectamente lo que yo sentía en aquel momento.

Todo lo contrario me sucedió a principios de 2003 (más o menos) con el disco A las doce de La Fuga. Por esas fechas yo estaba sumido en la búsqueda de nuevos sonidos, había retrocedido varios años en el tiempo y en mi discman (¡ya me estaba modernizando!) sonaban grupos como Eagles, The Band, Poco, Depeche Mode o… OBK. ¿Qué queréis que os diga? Cuando uno está enamorado se atreve incluso a ir a un concierto de Álex Ubago. Estaba en pleno periodo de introspección. Había encontrado mi camino al lado de la persona que más me ha impresionado jamás. Era un rockero de los de sombrero y vaqueros. Un auténtico cowboy urbano. Y como todo Romeo decidí un buen día sorprender a mi Julieta. Fui a verla sin avisarla, y pasamos un día inolvidable. Sólo estuve seis horas con ella, pero me habría quedado toda la vida. Era mi chica.

Ella, sorprendida o no, me llevó a dar un largo paseo en coche por interminables cuestas, mientras en el casete sonaba el A las doce de La Fuga. Seguía sin transmitirme nada. El cantante me parecía más empalagoso que David Bustamante y las letras eran de todo menos originales. Sin embargo, me lo bajé de Internet y empecé a escucharlo. Cada vez que lo oía recordaba aquel día, la música era lo de menos. Así que me enganché bastante a él. Un par o tres de años después los vi en directo y me parecieron muy buenos. Algo similar a esto me pasó con el Bajo palabra de los mexicanos Vantroi.

Son tantos discos y tantos momentos que llenaría mil folios, así que mejor os hago un pequeño resumen. A simple vista, me acuerdo del 12 canciones sin piedad de 091, que conocí en 1989 gracias a mi colega Mario, hoy presidente del mejor equipo de fútbol del mundo. Rose of Cimarron de Poco, que me regaló un auténtico vaquero en 1996 con una nota en la que ponía “entenderás este disco cuando cumplas 25 años”. Fue lo primero que escuché cuando cumplí un cuarto de siglo y se me pusieron los pelos de punta. Ten de Pearl Jam, que después de tres días buscándolo en CD me lo terminé comprando en cinta y lo escuché por primera vez en un viaje a Andorra en una C-15, A tientas y barrancas de Rosendo, Keeper of the seven keys de Helloween, Use your ilusion II de Guns N’Roses, Rosa de los vientos de La Frontera

Bueno, para despedirme por hoy os voy a dejar una cita de un temazo: "Mi ángel de la guarda está esnifando cocaína, ahora sé que yo no tengo salvación".
A ver si alguien sabe quien es el genio que escribió esto.

martes, marzo 25, 2008

Recuerdos de libertad

Estos días he vuelto a constatar lo importante que es tener una banda sonora personal, una colección de canciones que te permita revivir aquellos pequeños detalles que un día te hicieron feliz. Sé que esos momentos ya no volverán, se han perdido en el tiempo, pero yo voy a seguir luchando para mantenerlos dentro de mí para siempre.

Así que preparaos porque os voy a llevar de viaje a lo más profundo de mí. Una ruta por los discos y canciones que guardo debajo de mi almohada y de los que echo mano cuando sueño que sigo allí, al lado de esas personas con las que afortunadamente me he tropezado en mi peculiar camino hacia la felicidad. En esos lugares en los que me acogieron como si fuera uno más, como si formara parte de una gran familia, aunque a veces yo no estuviera a la altura. En definitiva, una mirada al pasado con un solo deseo: seguir contando con vosotros en el futuro.

La primera parada de esta bonita travesía nos lleva al 2002. Un año inolvidable. Los primeros meses fueron bastante convulsos. Estaba muy perdido, sin rumbo y sin ningún objetivo. Estudiaba Historia sin convencimiento ni vocación. Siendo sinceros, yo nunca me imaginé dando clases ni siendo el nuevo Indiana Jones, aunque eso de ir con un látigo al hombro no suena mal… Además, a pesar de tener ya 21 añazos no estaba demasiado centrado y me vi abocado a la soledad por culpa de mi comportamiento, a veces infantil, a veces digno del protagonista de Desmadre a la Americana. Entretanto, empecé a introducirme en el mundo de Internet y de la piratería. Sí, confieso que soy un pirata, aunque abordo navíos en mi barca de pedales, y nunca he dejado de comprar material. La revista Discoplay, ahora en la más mísera de las ruinas, me dio el chivatazo: “Hay un grupo madrileño que hace rock urbano que te va a dejar con la boca abierta”. Dicho y hecho. Fui directo al Kazaa y escribí Sonotones Listos para jugar. A los dos o tres días ya lo tenía en mi ordenador … y os juro que fue un flechazo. El disco salió en 2001, pero supongo que el destino quería que no llegará a mis manos hasta un año después. Me lo grabé en un CD y me curré una portada y todo. Y como en aquella época yo iba a entrenar tres veces por semana a Vila-seca me lo grabé en cinta para poder escucharlo en el coche de mi padre antes de convertirme en un tío al que respetaban una manada de niñas de 13 y 14 años durante una hora y media.

Pues a lo que iba, como yo andaba un poco cabizbajo, un par de buenos amiguetes, Rafa y Carmelo, me propusieron ir a un festival de música en Albacete en el que tocaban Rosendo, Barricada, Barón Rojo y Ñu, entre otros. Ni me lo pensé. Allí que nos vamos. Busque en mi cajón mi camiseta de los conciertos, la de Leño, por supuesto, y el walkman Sony que me regaló mi padre cuando yo aún vivía en Aranjuez, creo. Sólo cogí un par de cintas, la de Sonotones y una variada en la que no podía faltar el "Time like these" de Foo Fighters. Cuando dejamos atrás L’Aldea ya pasé de mis colegas y me puse la música a todo volumen. Nunca me imaginé, que, cuando llegara a Valencia, aquella cinta de cinco tíos desconocidos iba a dejar de ser anónima para convertirse en uno de los mejores capítulos de mi vida. Las canciones se repetían una y otra vez y a mi todo me parecía perfecto. ¡Ni los Rolling Stones!, pensaba yo. “Lo tienes que probar”, “Vaya suerte”, “El profesional”, “Llorad por mí”, eso era música y no el canto gregoriano ese que estaba tan de moda. Después de aquel fin de semana, aquel disco ya no me sonó igual. Me ponía nervioso cuando lo escuchaba, eufórico, alegre, no sé, la verdad es que no podía dejar de pensar en ella. Ahora seis años después, sigo emocionándome con este álbum, aunque aquella cinta la perdí en un coche muy pequeño con un motor muy bueno.

Seguimos retrocediendo. En 1988, un jovencísimo Javier, al que muchos llamaban Isidrín, porque mi abuelo se llamaba Isidro, sacó de la hucha la pasta que tenía ahorrada, poco supongo, y se fue decidido al kiosco de la calle Capitán de Aranjuez (el dueño sigue siendo el mismo) a comprarse el Blood on the Tracks de Bob Dylan, un disco de 1975 y que no sé por qué narices me lo compré en un kiosco. En fin, es lo que había. Recuerdo que mi padre alucinó cuando me presenté en casa con un disco de Bob Dylan. Yo apenas tenía 8 años y ya era un adicto compulsivo al rock and roll. Ahora, pensando fríamente, es muy raro que siendo un mocoso me pasara horas y horas sentado en un sofá naranja escuchando “You're a Big Girl Now”, “Meet Me in the Morning”, “Lily, Rosemary and the Jack of Hearts” o “Buckets of Rain”. Pero para mí era normal, mis amigos jugaban a la Nintendo y yo escuchaba música. Poco después me compré el Axis: Bold as Love de Jimi Hendrix y mis padres debieron pensar: “Este niño no es normal”. No son dos discos que escuche con mucha frecuencia, pero sí que les guardo mucho cariño porque me los compré ¡¡¡Hace 20 años!!!!!! Esos fueron mis inicios y ese soy yo.

Cuatro años después, en 1992, salí un buen día de mi colegio de curas y me dirigí a casa con mis amigos Sergio y Samuel, como siempre. A mí nunca me han gustado las chucherías, así que mientras ellos cargaban provisiones en La Paloma, yo les esperaba fuera porque el chiringuito estaba lleno de gente. Y casualidades de la vida, me encontré en el suelo un billete de 1.000 pelas. Una fortuna para mí en aquella época. Pues sólo una hora después, aquel billete verde con un tío con bigote se convirtió en mi última adquisición: el Sin Tiempo de Medina Azahara. Ya lo había escuchado alguna vez, pero nunca entero. El de la tienda me dijo: “Chaval quieres que lo probemos” y yo le contesté: “Dame una bolsa que me lo llevo”. Con aquel dependiente llegué a entablar cierta amistad y fue él quien me recomendó que escuchara a unos australianos que se llamaban AC/DC. A lo que iba, Sin Tiempo de Medina Azahara, además de ser un discazo con temas como “Todo tiene su fin” o “Sin tiempo ni sitio”, me puso en contacto con el rock andaluz, con Triana o Alameda. Grandes bandas. Yo nunca he estado en Andalucía pero he conocido bien su historia a través de su música.

Como no me quiero extender más, dejo pendiente para el próximo artículo, como contacté con grupos como 091, Héroes del Silencio o Nirvana, o como me levanté por primera vez en armas contra una chica, ahora amiga mía, al ritmo del ¿Y ahora qué? de Reincidentes… no siempre la música trae buenos recuerdos. Mientras tanto, y hasta que os prepare más historias de las mías, no dudéis en bajaros mis propuestas, os aseguro que no os van a defraudar.

jueves, marzo 20, 2008

Psicópata urbano

“Te juro que no tengo ni puta idea de lo que está pasando aquí”. Así empieza Psicópatas urbanos, el penúltimo disco del legendario guitarrista de Banzai Salvador Domínguez.

Un título muy acertado para un álbum que desprende rock por los cuatro costados, con algunas bases electrónicas que le dan más fuerza aún. Es un disco para nostálgicos, para fans de este genial músico. Un recorrido por la historia del rock español. Temas nuevos que no han perdido la esencia de sus comienzos en el negocio de la música y un guiño a la banda con la que se convirtió un icono del rock, rescatando “Banzai” y “Voy a tu ciudad”. Y como regalo, el “ Get on your kness” del capitán de la SGAE Teddy Bautista.

En fin, no es mi intención hablaros de este disco a fondo, sino contaros lo que el rock urbano ha significado para mí. Como Salvador Domínguez, yo también soy un psicópata urbano. Un lobo disfrazado de cordero que ha crecido escuchando a Leño, Barón Rojo, Obús, Ñu, Ramoncín o Barricada. Y que se ha perdido en el camino reenganchándose al heavy como salvavidas para creerse quien no es. Para impresionar a quien no tiene por qué.

Sin duda, el disco que más me ha marcado es Más Madera de Leño. Es mi vinilo más preciado. Este álbum se grabó en julio de 1980 y vio la luz prácticamente al mismo tiempo que yo. Somos de la misma quinta. No tuve la suerte de vivir aquella época, aquellos conciertos multitudinarios en una época en el que el rocanrol era lo más transgresor.

Pero afortunadamente un día cayó en mis manos Más Madera y ahí empecé a forjarme como persona y a ser lo que hoy soy. Un poco golfo, demasiado bueno y muy idealista. Apenas tendría 10 años cuando me enganché al primera gran canción de mi vida: “Cucarachas”. El séptimo corte del vinilo. Un tema muy al estilo Rosendo. Una letra dura, embasada en forma de metáfora, que crítica duramente a aquellos cuya única misión en la vida es joder a los demás. Con 10 años, sin embargo, yo pensaba que a Leño le gustaban las cucarachas tan poco como a mí y habían decidido dedicarles una canción para acabar con ellas. Cosas de la edad.

Hay quien dice que este disco suena mal, porque se grabó a toda prisa. Tal vez por eso me gusta tanto. Porque captó toda la esencia del trío en directo. Y si no escuchad “Sí señor Sí señor”, “¿Dónde está la salvación?”, “La noche de que te hablé”, o “Apágalas”. Un sonido crudo, con un ritmo pegadizo y bailón que saca al descubierto al Rosendo más macarra y más de barrio. Rock Urbano con mayúsculas. Genuino, auténtico, como un ron añejo de los que se pega el tío Fidel. Y como colofón, “Lo que acabas de elegir”, una baladita para bailar…pegados o despegados.

Después de este disco, llegaron más y más. Y poco a poco fui formando una buena colección de vinilos y CDs. Algunos se han quedado para siempre en mí y otros simplemente han estado de paso. Pero lo cierto, es que os podría enumerar una lista interminable de buenos discos que en un momento u otro de mi vida me han acompañado durante horas y horas en mis largas sesiones de soledad. En otro capítulo de El Rock de la Urbe os los desgranaré con todo tipo de detalles, ahora sólo os doy un anticipo de cuales son algunos de mis plásticos preferidos: Larga vida al rock and roll de Barón Rojo, Pega con fuerza de Obús, En beneficio de todos de Siniestro Total, Imperio de paletos de Ñu o Barrio conflictivo de Barricada.