jueves, noviembre 27, 2008

Entrevista a Antonio Vega

El periodista, amigo y colaborador del El Rock de la Urbe Raúl Cosano ha entrevistado al mítico Antonio Vega.

Ahora está sereno. Lejos quedan unos años 80 en los que el madrileño vivió deprisa la ‘movida’, llena de creatividad, éxito y excesos. Ha juntado recientemente a su antiguo grupo, Nacha Pop, pero mañana (día 28) ofrecerá sus perlas en solitario, aunque con un músico de acompañamiento, en la Sala Zero de Tarragona (21 horas, 15/18 euros).

¿En qué momento está ahora Antonio Vega?
El momento, a nivel profesional y humano, es muy bueno... excelente, diría yo. Estoy trabajando mucho y muy bien. La gente sale contenta de los conciertos y la banda que me acompaña está sonando muy bien. Es una época buena a todos los niveles, también personal. Si yo no me encuentro bien como persona, eso se nota.

¿La he pasado recientemente?
En algunas épocas, sí. Ahora está siendo un punto álgido, un máximo que no sé dónde tiene la cresta. Creo que lo mejor está por llegar. Me quedan grandes cosas que hacer. No estoy al cien por cien pero voy camino de él.

¿Ha influido en este bienestar el subidón que ha supuesto el reencuentro con Nacha Pop?
Ha aportado lo suyo, claro. Volver a encontrarte con esos temas ha sido un reto muy grande para mí. Son canciones que exigen una gran carga de ánimo para llevarlos a buen puerto. He tenido que hacer un ejercicio importante para enfrentarme al repertorio.

Cuesta identificarse con la música que tocaba hace 20 años. Las temáticas son distintas.
Las cosas son de otra manera. Has evolucionado, han pasado los años… Nunca llegas a renegar de aquello pero sí es cierto que son canciones que forman parte de un momento de tu vida que queda muy lejos. Esta gira con Nacha me ha venido a confirmar que algunos temas que están muy manidos han conservado, a pesar de ello, toda su carga comunicativa y emocional. Es una forma de confirmar que son canciones atemporales.

¿Es especialmente nostálgico con la movida madrileña?
A mí me gusta recordar muchas cosas porque tengo la cabeza llena de recuerdos muy buenos, aunque también he padecido momentos muy malos. Me gusta recordar los buenos recuerdos y recrearlos… pero hasta cierto punto, guardando las distancias, de manera que no te afecten al presente. Sólo me gusta recordar con alegría.

¿Con qué se queda de aquellos 80 de eclosión y libertad artística?
Con la capacidad que había para realizar las ideas. Era pensar en algo y en seguida se podía conseguir. Había una infraestructura en el mercado que lo permitía. Se estaba un poco por la labor de buscar nuevas cosas. Ahora es todo muy distinto. Me quedo con ese grado de complicidad que había entre los creadores y los que tenían el poder para transmitir esas creaciones.

¿Cómo es la salud del pop actual?
Creo que es buena porque los que lo hacen son jóvenes con ilusión. Lo malo es que se vive un momento difícil en el que es muy complicado abrirse camino, tanto en el pop como en el resto de estilos. La música bien hecha es la que tiene que salir a la luz y prevalecer… es la que escribe la historia. Tengo la tranquilidad de que la juventud siempre va a derrotar al enquilosamiento y el agarrotamiento. Es una batalla difícil que no tendría que ser así. Los jóvenes no tendrían que luchar tanto para abrirse hueco.

¿Cómo compone? ¿Tiene una disciplina rigurosa y fija?
No tengo un método rígido. Me pongo a tocar y van saliendo las ideas, algunas cosas que te van gustando… Luego vas trabajando en ello, le vas dando forma, sea canción o no. A veces tenemos en la cabeza un esquema demasiado rígido de la canción, en su estructura más esquemática. Intento huir de eso desde que empecé. Hubo un momento en el que descubrí que la música tenía muchas formas.

¿En qué se basa?
Ya no pienso tanto en el concepto de canción, sino en el de pieza u obra musical. Es una forma de ir incorporando elementos, de que las canciones vayan más allá y de no repetirme. Si haces canciones, corres el riesgo de repetirte, aunque esa repetición no sea reprobable porque sólo es una forma de trabajar. Pero a mí me horroriza repetirme… me da miedo. Intento sorprender en cada nueva canción.

¿Qué está escuchando ahora?
No tengo mucho tiempo pero me gusta seguir escuchando los discos de los que aprendí y que todavía me siguen sorprendiendo. Comulgo sobre todo con la música de los años 70 y los primeros 80.

¿Ha actuado mucho en Tarragona?
He ido muy pocas veces. Es de los sitios en los que menos he actuado. Recuerdo que fuimos a un concierto en un campo de fútbol, en el que actuaba Miguel Ríos, pero de eso hace mucho. También hemos estado alguna vez con Nacha Pop.

domingo, noviembre 02, 2008

Otra noche en vela

La Fuga + RSK
18 de septiembre de 2008
Palacio Ferial y de Congresos de Tarragona

La noche prometía. Tarragona no está acostumbrada a vivir este tipo de conciertos. Es raro ver por aquí a grupos de rock de primer nivel. Por eso, los rockeros del lugar se frotaron los ojos cuando vieron que La Fuga era uno de los platos fuertes de las fiestas de Santa Tecla. Seis años después, el grupo cántabro volvía a Tarragona. La fiesta estaba servida. Pero lamentablemente, el excesivo precio de las entradas (24 euros en taquilla) provocó que más de uno se lo pensara mejor y se quedara en casa. Lo que iba a ser un concierto multitudinario se convirtió en un recital para poco más de 1.000 personas. El Palacio Ferial y de Congresos no se llenó. Lástima.

Los tarraconenses RSK, que han acompañado a La Fuga en una minigira de cinco conciertos por diferentes puntos de España, fueron los primeros en salir al escenario. Para la banda de rock urbano era una noche muy especial. Tocaban en casa, ante su gente, y estaban muy motivados. Es sorprendente la ascensión meteórica de RSK. En poco tiempo han pasado de actuar en las fiestas de su barrio y poco más a ser uno de los grupos con más proyección del rock nacional. Lo suyo les ha costado y la verdad es que se lo han currado. En Tarragona dejaron muy buenas sensaciones. Tocaron los temas de su último disco Corriendo las calles (que, por cierto, regalaron a la salida del concierto) y se soltaron las melena con dos buenas versiones de 'No hay tregua' de Barricada y 'No Dudaría' de Antonio Flores. En seguida se metieron al público en el bolsillo. Tienen gancho y una buena pegada, aunque, a veces, resultan un poco repetitivos. Como colofón, Nando, de La Fuga, se subió al escenario con ellos para tocar ‘Viejos rockeros’, uno de los temas más emblemáticos de RSK. Era un anticipo de lo que vendría después.

Poco antes de la medianoche, La Fuga irrumpió con fuerza en el Palacio Ferial y de Congresos. Los de Reinosa abrieron fuego con 'Los Molinos', primer corte de su último disco Asuntos pendientes. Los destellos de los flashes de las cámaras de fotos rompían la oscuridad, mientras las primeras filas se llenaban de adolescentes. La Fuga está de moda (con lo que eso supone) pero, afortunadamente, no ha perdido el espíritu rockero con el que nació hace más de una década. Sigue siendo una buena banda de rock and roll. Eso sí, no estaría mal que ampliasen un poco su léxico: se pueden hacer buenas canciones sin mencionar constantemente a la luna, la primavera o el mes de abril.

Rulo y compañía se apoyaron en las canciones que les han convertido en uno de los grupos más importantes de este país. Durante dos horas, sonaron sin pausa 'En vela', 'Majareta', 'Los de siempre', 'Pedazo de morón'... La calma llegó con 'La balada del despertador', según Rulo, la única canción de amor que han compuesto en ocho discos. El público se las sabía todas y se lo pasó en grande jaleando cada una de las estrofas. La Fuga cerró el concierto con 'Heroína' de los Calis y 'Pa aquí, pa allá', aprobando el examen con buena nota. Esperemos que no tengan que pasar otros seis años para volver a verlos por aquí.