jueves, mayo 14, 2009

Bailando en el cementerio

La oscuridad se cernió sobre el Kalea Bar de Salou la noche del viernes. El cementerio se vacío de almas. Los fantasmas salieron de sus ataúdes y desempolvaron sus mejores atuendos. La ocasión lo merecía. Los chicos de Luto estaban en la ciudad.

Los cambrilenses Melancomia impregnaron la sala de glamour... y terror. Envueltos en maquillaje, con una estética de lo más siniestro, sacaron a relucir su lado más perverso y provocador. Las tinieblas se estremecieron durante cerca de una hora y el mal se adueñó del ambiente. La banda descargó toda su potencia sobre el escenario, con una estética y una puesta en escena muy atrevidas, con constantes alusiones al mundo de ultratumba, la muerte... Como si acabaran de salir de una sangrienta película de miedo, Álex de Luto, Joe Love Shiva, el Doctor THC, Jacky Glam y Albin 666 se enfundaron sus uniformes –camisetas negras con un murciélago en el pecho– para ofrecer una noche mágica de puro rock and roll.

Melancomia repitió la fórmula con la que, hace poco más de un mes, ganó el festival Tremplin of Rock en la localidad francesa de Divonne les Bains –competían con más de 200 grupos internacionales–. Con un sonido contundente, apoyado en la potente voz de su vocalista y en unos riffs de guitarra muy rápidos, los cambrilenses repasaron los temas de su primera maqueta El baile del cementerio. Sonaron con fuerza Verónica, San Juan sangriento, El fantasma de la curva o Amanecer oscuro. La banda se atrevió también con una versión de la popular canción de amor Ne me quitte pas, del cantautor belga Jaques Brel.