La fiesta ska de Potato

Cuando me enteré, por casualidad, de que Potato tocaba en Tarragona, empecé a indagar en internet. Pensaba que ya estaban jubilados. Desde que a finales de 2007 anunciaron su retirada, no había vuelto a tener noticias suyas. Aunque reconozco que nunca he sido muy fan de este grupo. La búsqueda fue rápida y eficaz: la banda vitoriana tenía nuevo disco, ‘La fiesta ska’, y estaba de gira. Eso sí, con algunos cambios en su formación. En pocos minutos ya lo tenía claro: el fin de fiesta de la verbena de San Juan lo iba a pasar en la playa del Miracle. Me empapé de sus canciones rebuscando en spotify (¡que gran invento!) y me mentalicé para aguantar despierto hasta las tres de la mañana (mala hora para iniciar un concierto). Pero confieso, más que admiración musical, Potato me merece respeto. Es la primera banda nacional que apostó por el reggae y el ska. Sólo por eso, vale la pena verlos en directo. Cuando una banda lleva 26 años dando caña, algo bueno debe tener.

Animado por la curiosidad, me camuflé en las primeras filas. Enseguida me di cuenta de que estaba rodeado de 'curiosos' como yo. Nada de fans enloquecidos. Los seguidores de la banda se podían contar con los dedos de las manos. Pocos se sabían las letras de las canciones. Y no me extraña, la media de edad de los asistentes apenas llegaba a los veinte años. La mayoría no había nacido cuando Potato dio su primer concierto en 1984. Pero aún así, los ritmos jamaicanos de los vascos lograron enganchar a la gente. El calimocho, la sangría o demás licores destilados que brotaban por allí les puso las cosas más fáciles. Basaron su repertorio en sus clásicos: ‘Blue ska’, ‘El sultán’ o ‘Pegamento’.Todo aderezado con un toque de vientos y percusiones. Les doy un aprobado. Tal vez, no están en su mejor momento de forma, pero Potato ha vuelto.