Y ya que estábamos allí y teníamos una cámara de fotos entre las manos, pues pensamos que no había mejor manera de inmortalizar aquel momento que haciéndonos unos retratos con todo músico que se asomara por allí. Todos accedieron gustosamente, sin ningún problema. Es lo que tiene el rocanrol: es una gran familia. Por nuestro objetivo pasaron Fernando de Reincidentes, Julián de Siniestro Total, Brigi de Koma, Agnés de Lilith, Óscar de Lujuria, Guillermo de Angelus Apatrida, el mítico Pirata, Paco de Obús y, sobre todo, los hermanos De Castro, Armando y Carlos. Los Barones son mis ídolos y poder compartir unos instantes con ellos fue la leche.
Y así, entre flash y flash, pasamos dos días inolvidables de rocanrol, heavy metal y punk. Lo mejorcito de la escena nacional pasó por el escenario de Aínsa. Como siga por estos derroteros, el festival oscense se puede convertir en un auténtico referente de la movida veraniega. El público se lo pasó en grande y no hubo ningún incidente, como siempre. Los más sibaritas acampamos en el camping del pueblo y los más 'atrevidos' plantaron sus tiendas en los aledaños del castillo o donde pudieron. En fin, fue una experiencia que mereció la pena. Esperemos que el año que viene la cosa siga igual.